Alfonso Álvarez de Zamora, escribano de Sevilla, y Catalina Gutiérrez, su mujer, vecinos de Sevilla en la collación de Santa María, venden a Alfonso García de Laredo, escribano del rey y del concejo de Sevilla, marido de Isabel Fernández de Llanos, vecino de Sevilla en la collación de Santa Catalina, unas casas en la collación de Santa María, en la calle de las Gradas, linde con casas tienda de García Fernández de Arcos, cambiador, y con casas de la Orden de la Santa Trinidad, por precio de treinta mil maravedís. Pasó ante Bartolomé González, escribano público de Sevilla