Marina Rodriguez, viuda de Francisco Viejo, vecina de Sevilla en la collacion de San Llorente, hace donacion al Hospital de San Justo Pastor, de los ciegos, en Sevilla en la collacion de San Gil y tiene su advocacion en la iglesia de San Gil, de un tributo de 1.000 maravedis a perpetuidad, situado en unas casas en La Rinconada, en la collacion de Sevilla, que lindan con casas de Cristobal Garcia Paniagua, vecino de La Rinconada, y con casas de Pedro Martin Barranco. Dichas casas eran de Pedro Martinez, difunto, y de Leonor Ruiz, su mujer, vecinos de La Rinconada, y se las vendieron por precio de 9.000 maravedis.