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Instituciones productoras de los documentos

Sociedad Española de Amigos del Arte

  • ES.41063.ADPSE.AUT0020
  • Entidad colectiva

Las fotos se encontraron durante la realización de los trabajos para la revisión del inventario de patrimonio en un almacén que el Área de Cultura tenía en el Cortijo de Cuarto, que servía como depósito de parte del patrimonio histórico-artístico de la Diputación. Estaban colocadas en dos paneles enmarcados, de 2 x 1 m, aproximadamente, y clavadas con chinchetas a modo de collage. Procedían de la iglesia de San Luis de los Franceses, de donde se sacaron cuando iban a empezar las obras de restauración.

Servicio de Regiones Devastadas

  • ES.41063.ADPSE.AUT0016
  • Entidad colectiva

El Servicio de Regiones Devastadas y Reparaciones se crea por Ley de 30 de enero de 1938 que reorganiza la Administración Central del Estado. El Servicio se adscribe al Ministerio del Interior y sus competencias se fijan por Decreto de 25 de marzo del mismo año: la dirección y vigilancia de cuantos proyectos, generales o particulares, tengan por objeto restaurar o reconstruir bienes de todas clases dañados por efeto de la guerra. Las normas de organización y funcionamiento del Servicio se establecen por orden de 11 de junio de 1938 que estructura el Servicio en comisiones de zona. En 1939 el Servicio se reconvierte en la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones (DGRDR), dependiente del Ministerio de la Gobernación, y se estructura territorialmente en oficinas comarcales. creándose siete comisiones de zona: la Cantábrica, con capital en Oviedo, la Vascongada, con capital en Bilbao, la Aragonesa, con capital en Zaragoza, la Bético-Extremeña, con capital en Sevilla, la Castellana, la Levantina y la Manchega. Estos órganos territoriales son los encargados de controlar el desarrollo y ejecución de las obras, función que les llevó a tramitar y producir la documentación que se describe. Este organismo junto con el de la Dirección General de Arquitectura (DGA) sería el encargado de la reconstrucción del país, en especial de aquellas regiones y territorios que habían resultado significativamente dañados por la contienda.Las actuaciones de reconstrucción urbanística y arquitectónica llevadas a cabo por Regiones Devastadas se inician con los decretos de aprobación de 'localidades adoptadas por el Caudillo'.Por Decreto de 3 de diciembre de 1948 se facultaba al Ministerio de la Gobernación para que la Dirección General de Regiones Devastadas extendiera sus actividades a las obras y servicios que le encomendases las corporaciones locales, con arreglo a los proyectos redactados por ellas y a su costa. Entre los proyectos ejecutados por Regiones Devastadas se encuentran la construcción de nueva planta o la reconstrucción de ayuntamientos, iglesias parroquiales, viviendas y edificios de servicios públicos como lavaderos, escuelas, cementerios, mataderos, etc. Algunos de los edificios rehabilitados forman parte de patrimonio histórico. También se ejecutaron proyectos de urbanización de determinados pueblos.La Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones se suprime por decreto-Ley de 25 de febrero de 1957 que reorganiza la Administración Central del Estado. Dicha norma crea el Ministerio de la Vivienda y el Instituto Nacional de la Vivienda que asumen las funciones del organismo suprimido a través de las nuevas Direcciones Generales de Vivienda y de Urbanismo y de las Delegaciones del Ministerio en las provincia.Finalmente, por decreto 1948/1960, de 13 de octubre, se creó en el Ministerio de la Vivienda una comisión liquidadora de los servicios y bienes de la extinguida Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones.

Serrano Gómez, Juan José (fotógrafo)

  • Persona
  • 1888/1975

Fotógrafo. colaborador habitual del diario ABC. Arenas de San Pedro (Ávila), 1888 – Sevilla, 1975. Fotógrafo.

Se inició en la fotografía con el crítico taurino Manuel Barquero y tomó sus primeras fotos en una plaza de toros asesorado por el reportero José Irigoyen de la revista "Sol y Sombra". Sus placas impresionaron a Alfonso Sánchez García (Alfonso), quien lo incorporó a su equipo en 1910 para trabajar en información general haciendo ambulancias. Desde entonces publicó en "El Heraldo", "El Liberal" y "Nuevo Mundo". En 1913 fue contratado por Prensa Gráfica, a las órdenes de José Campúa, con el que rodó películas para la firma francesa Pathé.

En 1917 se trasladó a Sevilla, contratado por el torero Joselito con el fin de realizar una película corta del homenaje a la actriz Margarita Xirgú. En la capital andaluza fue corresponsal de los diarios "La Tribuna", "ABC" de Madrid y "Mediterráneo" de Barcelona. En Sevilla trabajó en "La Exposición", "La Unión", del que fue redactor jefe, y "El Noticiero Sevillano". Una de sus fotografías más interesantes fue el grupo de poetas de la Generación del 27, reunidos en la Cámara de Comercio con motivo del homenaje a Góngora organizado por el Ateneo.

En 1929 ingresó en la plantilla de ABC y, ese mismo año, fue galardonado con la Medalla de Oro de la Exposición Iberoamericana y los premios de la Diputación de Ávila y el Ayuntamiento de Córdoba a las fotos más artísticas.

Tuvo estudios en Sevilla en las calles O’Donnell, Méndez Núñez, Avenida y Zaragoza, regentados por sus hijos Juan José, Francisco y Manuel. Durante la Guerra civil (1936-1939) captó imágenes en vanguardia y retaguardia, siempre en el bando franquista, que le valieron la concesión de una medalla de guerra.

Después de la contienda continuó su labor en "ABC" y colaboró en la revista taurina "El Ruedo" desde su fundación en 1944. Su archivo, compuesto por más de cien mil negativos, constituye un legado de gran valor documental, ya que comprende medio siglo de historia en Sevilla. Fue recuperado por el Ayuntamiento de Sevilla en 1988 y se conserva en la Hemeroteca Municipal de la ciudad.

(Real Academia de la Historia. Juan Miguel Sánchez Vigil (https://dbe.rah.es/biografias/28038/juan-jose-serrano-gomez [consulta de 2022-11-30])

Secretaría General de la Diputación de Sevilla

  • ES41063AUT00013
  • Entidad colectiva
  • 1812-

Su figura, cuyo antecedente se encuentra en los secretarios o escribanos de los concejos municipales, aparece ya en el texto de la Constitución de Cádiz de 1812 (art. 333) como un cargo libre designación, más precisamente regulado en el decreto de 23 de junio de 1813 Instrucción para el gobierno económico-político de las provincias” (art. XXI) o la Ley de 29 de agosto de 1882 (Gaceta de Madrid de 1-09-1882).

Pleno de la Diputación de Sevilla

  • ES.41063.ADPSE.AUT0022
  • Entidad colectiva
  • 1880/1931 y 1946/-

El Pleno es el primer órgano decisorio de las diputaciones desde el origen de estas instituciones. Es el órgano colegiado integrado por el conjunto de los diputados provinciales, cargos electos por sufragio directo inicialmente (desde 1812 a 1925) y tras la Constitución de 1978 por un sistema indirecto mediante elección por parte del conjunto de concejales electos en la provincia agrupados por los partidos judicial de la misma. Durante la dictadura franquista el procedimiento de elección era un sistema híbrido entre los votos de compromisarios municipales y los de las entidades económicas, culturales y profesionales del ámbito oficial en la provincia, sobre el conjunto de alcaldes y concejales de cada partido judicial.

En 1931 pasa a denominarse "Comisión Gestora" (decreto de 21-04-1931. Gaceta de Madrid de 22-04-1931) y desde 1936, en la zona republicana, "Consejo Provincial" (decreto de 23-12-1936. Gaceta de la República de 25-12-1936). De 1939 hasta finales de la década de los cuarenta vuelve ser denominada como "Comisión Gestora", pasando desde entonces a tomar su actual denominación de Pleno de la Diputación, órgano sometido al control del gobernador civil. La Ley 7/1985 de bases de Régimen local de 1985 le configura su perfil actual de órgano de gobierno y administración autónoma de la provincia.

Mancomunidad de Municipios del Aljarafe de Sevilla

  • ES.41063.ADPSE.AUT0018
  • Entidad colectiva

Fue creada por decreto del presidente de la Diputación Nº 176/1971, de 28 de enero y se constituyó en sesión extraordinaria de 22 de marzo de dicho año presidida por Juan Carlos de Borbón y Borbón, entonces príncipe de España.La Mancomunidad de Municipios del Aljarafe es promovida por los ayuntamientos de Albaida del Aljarafe, Almensilla, Aznalcázar, Palomares del Río, Salteras, Benacazón, Bollullos de la Mitación, Bormujos, Castilleja de la Cuesta, Castilleja de Guzmán, Espartinas, Gines, Mairena del Aljarafe, Sanlúcar la Mayor, Tomares, Umbrete, Valencina de la Concepción y Villanueva del Ariscal. En total 18 municipios con el patrocinio de la Diputación Provincial de Sevilla, con el objeto inicial de explotar un proyecto común de abastecimiento de agua a la comarca para una población de 60.000 habitantes. En principio la Mancomunidad limitó su actividad a gestionar las instalaciones generales de abastecimiento, suministrando el caudal hasta los depósitos municipales. De la distribución se encargaba el propio ayuntamiento.La mancomunidad nacía con personalidad jurídica propia para el cumplimiento de sus fines, rigiéndose por sus propios estatutos y normas de desarrollo, y en lo no previsto enellos, por el ordenamiento jurídico regulador del régimen Local.El primer presupuesto de la mancomunidad data del año 1971, al que se incorporaron las operaciones efectuadas hasta dicha fecha a través de valores independientes del presupuesto de la Diputación.

Junta Provincial del Censo Electoral

  • ES.41063.ADPSE.AUT0015
  • Entidad colectiva
  • 1834/1974

Las juntas provinciales del censo electoral, órganos independientes de las diputaciones, eran responsables de la gestión y ejecución de los procesos electorales. Por una real orden de 1908 se asignó a las diputaciones su dotación con recursos materiales y humanos, así como la impresión y publicación de los censos electorales y las funciones de Secretaría, que serían ejercidas por los secretarios de las diputaciones. El censo electoral se publicaba en el Boletín Oficial de la Provincia.

Las diputaciones mantenían vinculaciones funcionales y orgánicas con los procesos electorales y su papel como superiores jerárquicos de los ayuntamientos incluyó, hasta 1924, la competencia de control y resolución de reclamaciones o quejas en relación a los electores, electos, concejales, etc de los municipios de la provincia por parte de las comisiones provinciales.

Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer

  • ES.41063.ADPSE.AUT0019
  • Entidad colectiva

La Asociación Española Contra el Cáncer se constituyó el 5 de marzo de 1953 con el propósito de luchar contra el cáncer en todas sus modalidades en un periodo en que la Seguridad Social carecía de una adecuada infraestructura y no llegaba a toda la población, por lo que muchos enfermos de cáncer no tenían posibilidad de recibir tratamiento. Los objetivos de la asociación han ido variando desde su fundación hasta el momento actual, intentando siempre dar una respuesta a las necesidades de los enfermos de cáncer y sus familias. Su principal promotor fue el empresario catalán José Biosca Torres. Los primeros diez años de vida, la asociación centró sus esfuerzos en el pago de tratamientos a las personas sin recursos; en crear centros regionales oncológicos y en dotar de aparatos médicos a los centros hospitalarios para el tratamiento, como fue la adquisición de las primeras bombas de cobalto, para que los pacientes pudieran recibir tratamiento radioterápico con los últimosavances tecnológicos del momento.Posteriormente, y a partir del año 1965, cuando la Seguridad Social ya ofrece atención médica a toda la población, se comenzaron a destinar recursos a otro tipo de actividades, poniendo especial énfasis en la prevención secundaria. Ya en 1965, la AECC inició los primeros programas de detección precoz del cáncer ginecológico. Tras estos programas llegarían los de cáncer de mama con la realización de mamografías en unidades móviles en 1979. La asociación está compuesta por voluntarios, socios y personal contratado que aúnan esfuerzos para conseguir los objetivos de la asociación. El 29 de septiembre de 1966 fue inscrita, con el número nacional 3.827 de la Sección 1ª, en el Registro Nacional de Asociaciones. Fue declarada de 'Utilidad Pública' por acuerdo del Consejo de Ministros adoptado en su reunión del día 24 de abril de 1970. El 'Comité Sevillano de la Asociación Española Contra el Cáncer' se constituyó el 25 de marzo de 1958.La Asociación Española Contra el Cáncer tiene actualmente su sede central en Madrid y desarrolla su actividad en toda España gracias a sus 52 juntas provinciales, con representación en más de 2.000 localidades de todo el país.La estructura interna de la AECC viene determinada por sus estatutos, registrados en el Ministerio del Interior. Éstos establecen los órganos de gobierno de la organización, que son:- Asamblea General: es el órgano máximo de gobierno de la asociación- Consejo Ejecutivo: es el órgano de gobierno, de administración y representación de la asociación. - Comisión Permanente: es el órgano delegado del Consejo Ejecutivo de la asociación. - Comité Técnico: es el órgano permanente de asesoramiento del Consejo Ejecutivo de la asociación en todos los asuntos que conciernen al orden técnico y sanitario.- En el ámbito territorial autonómico, las actividades propias de la asociación se coordinan por entidades jurídicas autonómicas, que en la actualidad están en proceso de constitución.- En el ámbito territorial provincial y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, cada junta provincial cuenta con un consejo ejecutivo provincial y un comité técnico provincial.- En el ámbito territorial local existen juntas comarcales y locales.Domicilio Social: Amador de los Ríos, 5, 28010 MadridCIF: G- 28/197564 Teléfono: 91 319 41 38 Fax: 91 319 09 66Correo electrónico: sedecentral@aecc.es / informacion@aecc.es

Jefe superior político

  • ES.41063.ADPSE0024
  • Entidad colectiva
  • 1812-1833

Aparece por primera vez la denominación de “Jefe Político” en el artículo 324 de la Constitución de Cádiz, como el responsable máximo del gobierno de cada provincia, nombrado por el rey. Ya sabemos que era presidente nato de la Diputación Provincial, además el artículo XIII le confería la facultad de presidir el Ayuntamiento de la capital sin voto, pero pudiendo ejercerlo en caso de empate, siendo el único conducto de comunicación entre los ayuntamientos y la Diputación Provincial, y entre esta y el Gobierno. Continuando con sus competencias en la esfera municipal, al jefe político le correspondía entender en los recursos y dudas electorales de los ayuntamientos, tomando la decisión por vía gubernativa.
En otros campos sus atribuciones eran muy amplias: por ejemplo, desarrollo económico, sanidad, asistencia social, etc., contempladas al estudiar las diputaciones. A ellas había que incorporar las de orden público, fronteras, alojamiento de tropas, etc.
El régimen legal del “jefe político” se amplía igualmente con el Decreto XLV, de 3 de febrero de 1823, que en su capítulo IV recoge la legislación precedente y amplía sus atribuciones, al tiempo que articula embrionariamente una organización administrativa periférica.
Al ser el agente principal del Gobierno en la provincia, y a la vez el conducto de comunicación directo, que permitía a este el conocimiento exacto de la realidad provincial, el jefe político debía velar por el funcionamiento de todos los ramos de la Administración Pública, para lo cual debía conocer con todo detalle y sobre el lugar los datos sobre el clima, las costumbres de los habitantes, sus vicios, preocupaciones, y todo lo que pudiese facilitar una idea lo más exacta posible de lo conveniente y lo perjudicial.
En 1833, por el Real Decreto 23 de octubre, al practicarse la división provincial, reciben el nombre de Subdelegados de Fomento, dependiendo del Ministerio del mismo nombre. Sus competencias son amplias: agricultura, industria y comercio, beneficencia, ayuntamientos...

Ramón Luis Escobedo consta como jefe superior político de Sevilla en el año 1821

Hospital del Pozo Santo

  • Entidad colectiva
  • 1414-1803

Su creación se debe a la religiosa franciscana sor Beatriz Jerónima de la Concepción quien, tras llegar a Sevilla en enero de 1666 y caer enferma, trató de conseguir un albergue en el que acogerse con otras mujeres desvalidas. El respaldo por parte de la superiora de la orden, sor Marta de Jesús Carrillo, llevó a la idea de fundar un auténtico hospital que estaría destinado a asistir a mujeres impedidas en cama o ciegas.
Tras conseguir una casa en la calle Venera de Sevilla (hoy calle Jose Gestoso), así como tres camas y un cuadro que representaba a Cristo resucitado, san Francisco y santa Teresa (donaciones de la señora Ana Trujillo) y que Melchor de Escuda, obispo de Bizerta, les concediera una limosna de 50 reales, se creó la institución con el nombre de Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores o del Buen Pastor.
Tres años después, la misma señora Trujillo compró para el hospital un edificio en el centro de Sevilla, la plaza del Pozo Santo, donde se alojaría desde entonces hasta nuestros días.
Fallecida la madre Beatriz, sería Marta de Jesús quien completara la fundación formando la comunidad de religiosas, trazando sus reglas, que fueron aprobadas por el arzobispo Espínola, y concluyendo la instalación de las enfermerías e iglesia. Esta fue abierta a los fieles el 18 de enero de 1682 y bendecida el 4 de febrero de 1686 por el prelado Jaime de Palafox y Cardona.
La real orden de 1848, circular de 3 de abril, estableció como establecimientos provinciales el Hospital de las Cinco Llagas y el del Pozo Santo. A pesar de esto, la incorporación a la administración provincial de ambos hospitales no se produciría hasta años más tarde (16 de febrero de 1854, por real orden de 9 de diciembre de 1853), en el que lo harían junto con el de San Lázaro.
Los duques de Montpensier contribuyeron también al mejoramiento del hospital, a menudo visitado por la infanta María Luisa Fernanda y sus hijos para ayudar a las religiosas en el cuidado de las enfermas.
Las religiosas de la orden Tercera de san Francisco estaban a cargo del gobierno del hospital, que sostenía a un médico, practicante, capellán y sacristán.

A partir de 1886, el personal administrativo del centro se fusiona con el de la secretaría de la Diputación Provincial de Sevilla.

Hospital del Espíritu Santo

  • ES.41063.ADPSE.AUT0003
  • Entidad colectiva
  • 1587/1844

El Hospital del Espíritu Santo surge en 1587 para llevar a cabo la reducción de hospitales sevillanos promovida por el cardenal Rodrigo de Castro, quien fusiona 76 de los existentes en la ciudad en dos, el del Amor de Dios y éste, que sustituye su nombre de Hospital de Santa Catalina de los desamparados por el Hospital del Espíritu Santo. El proceso sería avalado e impulsado por el pontificado mediante dos bulas de Pio V de 1566 y 1567 y por el monarca por varias reales cédulas de Felipe II, si bien estas disposiciones preveían al Hospital de San Juan de Dios, para la reunificación, prevaleció la voluntad del cardenal de crear este nuevo hospital.

El hospital se destinó a la atención de enfermos y enfermas de bubas, llagas, sífilis o dolencias derivadas y quedó bajo el patronato del cardenal arzobispo de Sevilla y sus sucesores. Se ubicó en el ya reducido hospital de Santa Catalina de los Desamparados, en la calle Colcheros de Sevilla (actual calle Tetuán). Las obras de rehabilitación del edificio para acogerlo no concluyeron hasta 1596, absorbiendo, entre otros, los inmuebles del también reducido hospital de San Felipe y Santiago, aunque su funcionamiento arranca en 1591 tras la aprobación de sus constituciones, dadas en 26 de abril de 1590, por el mismo cardenal Rodrigo de Castro. Esta norma seguiría aún vigente en 1837 cuando el establecimiento pasa a formar parte, junto a otros hospitales, del Hospital Central.La administración del centro correspondía a un presbítero nombrado por el arzobispo como administrador, a un mayordomo y a un secretario, nombrado éste por el Administrador entre los sacerdotes del hospital. Estos cargos eran asistidos por un abogado, un procurador y un solicitador. Después estaba el personal sanitario, el botiller y despensero, el sacristán, y otros puestos que irán apareciendo a lo largo de su existencia.

El arzobispo, bajo su derecho de patronazgo, ejercía el control del funcionamiento del hospital mediante la realización de visitas periódicas a través de la figura de un provisor o incluso personalmente. Estas visitas concluían con la emisión de un mandato o providencia del arzobispo a los administradores para el mejor funcionamiento del hospital. Los recursos del hospital provenían de los bienes de los hospitales refundidos, un conjunto de hasta 398 inmuebles de los que 373 se ubicaban en la ciudad de Sevilla de los que aún en el s. XVIII faltaban algunos por identificar. En menor medida contribuían a su sostenimiento las limosnas, dotaciones de particulares, legados, mandas testamentarias, bienes de enfermos fallecidos. Todos estos recursos permitieron al hospital gozar de una buena situación económica durante los ss. XVI y XVII, pero a mediados de esta centuria, la crisis demográfica y económica por la que atravesó la ciudad afectó al hospital. Nuevos ingresos, derivados de la instalación en el edificio de dos congregaciones, la Escuela de Nuestro Redentor Jesucristo (Escuela de Cristo) en 1665 y la de Jesús Nazareno y María Santísima del Rosario , aliviaron algo esta situación, pero el hospital también tuvo que soportar nuevas cargas cuando hubo de hacerse cargo de la Casa de Recogidas del Arcángel San Miguel en 1691 y del Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados en 1698.

Nuevas crisis económicas en el s. XVIII, por la inundación de 1708, la crisis europea de 1709 llevan a una importante disminución de los recursos. Estas dificultades llevan a que a raíz de la visita del patrono (el arzobispo) en 1735 se sustituya el cargo de mayordomo por una clavería, integrada por el administrador, el cura secretario, el contador, los cobradores y el maestro mayor de obras, al igual que en la mayor parte de los otros hospitales de la ciudad. El puesto de mayordomo será ocupado por un receptor-contador. Estas modificaciones mejoran la situación económica del hospital, potenciándose gracias a la recuperación económica que atraviesa la ciudad en esos momentos.

Durante la Guerra de la Independencia, al igual que muchos hospitales, el del Espíritu Santo fueron obligados a acoger militares enfermos, costeando sus estancias la Tesorería del Ejército de la Real Hacienda, hasta que el gobierno de José I decretó en 1811 el acogimiento en exclusiva en este centro y a costa del gobierno de mujeres con enfermedades venéreas. Tras el cese de la ocupación francesa y promulgada la constitución de 1812 en la ciudad en el mes de agosto se confiere a los ayuntamientos la atención a los hospitales y centros benéficos. Seguidamente, la creación de las diputaciones provinciales les asigna el cuidado de estos centros, pero la reacción absolutista de 1814 deja sin efecto estas medidas.

Después de que en 1815 el hospital volviera a atender a enfermos y enfermas, en 1836 con la nueva Ley de beneficencia pasa a la jurisdicción de la Junta de Beneficencia y se incorpora, junto a otros hospitales sevillanos al Hospital de las Cinco Llagas, convertido ahora en Hospital Central. El traslado se realizó en julio de 1837, aunque el proceso no culminó hasta 1844. En el edificio se instalaron la Junta de Beneficencia y el primer instituto sevillano de primera y segunda enseñanza, terminando como sede del Teatro de San Fernando, que se inaugurara en 1847.

Hospital del Cristo de los Dolores

  • ES.41063.ADPSE.AUT0005
  • Entidad colectiva
  • 1666/1854

Su creación se debe a la religiosa franciscana sor Beatriz Jerónima de la Concepción quien, tras llegar a Sevilla en enero de 1666 y caer enferma, trató de conseguir un albergue en el que acogerse con otras mujeres desvalidas. El respaldo por parte de la superiora de la orden, sor Marta de Jesús Carrillo, llevó a la idea de fundar un auténtico hospital que estaría destinado a asistir a mujeres impedidas en cama o ciegas.

Tras conseguir una casa en la calle Venera de Sevilla (hoy calle Jose Gestoso), así como tres camas y un cuadro que representaba a Cristo resucitado, san Francisco y santa Teresa (donaciones de la señora Ana Trujillo) y que Melchor de Escuda, obispo de Bizerta, les concediera una limosna de 50 reales, se creó la institución con el nombre de Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores o del Buen Pastor.

Tres años después, la misma señora Trujillo compró para el hospital un edificio en el centro de Sevilla, la plaza del Pozo Santo, donde se alojaría desde entonces hasta nuestros días.

Fallecida la madre Beatriz, sería Marta de Jesús quien completara la fundación formando la comunidad de religiosas, trazando sus reglas, que fueron aprobadas por el arzobispo Espínola, y concluyendo la instalación de las enfermerías e iglesia. Esta fue abierta a los fieles el 18 de enero de 1682 y bendecida el 4 de febrero de 1686 por el prelado Jaime de Palafox y Cardona.

La real orden de 1848, circular de 3 de abril, estableció como establecimientos provinciales el Hospital de las Cinco Llagas y el del Pozo Santo. A pesar de esto, la incorporación a la administración provincial de ambos hospitales no se produciría hasta años más tarde (16 de febrero de 1854, por real orden de 9 de diciembre de 1853), en el que lo harían junto con el de San Lázaro.

Los duques de Montpensier contribuyeron también al mejoramiento del hospital, a menudo visitado por la infanta María Luisa Fernanda y sus hijos para ayudar a las religiosas en el cuidado de las enfermas.

Las religiosas de la orden Tercera de san Francisco estaban a cargo del gobierno del hospital, que sostenía a un médico, practicante, capellán y sacristán.

A partir de 1886, el personal administrativo del centro se fusiona con el de la secretaría de la Diputación Provincial de Sevilla.

Hospital del Cristo de los Dolores

Su creación se debe a la religiosa franciscana sor Beatriz Jerónima de la Concepción quien, tras llegar a Sevilla en enero de 1666 y caer enferma, trató de conseguir un albergue en el que acogerse con otras mujeres desvalidas. El respaldo por parte de la superiora de la orden, sor Marta de Jesús Carrillo, llevó a la idea de fundar un auténtico hospital que estaría destinado a asistir a mujeres impedidas en cama o ciegas. Tras conseguir una casa en la calle Venera de Sevilla (hoy calle Jose Gestoso), así como tres camas y un cuadro que representaba a Cristo resucitado, san Francisco y santa Teresa (donaciones de la señora Ana Trujillo) y que Melchor de Escuda, obispo de Bizerta, les concediera una limosna de 50 reales, se creó la institución con el nombre de Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores o del Buen Pastor. Tres años después, la misma señora Trujillo compró para el hospital un edificio en el centro de Sevilla, la plaza del Pozo Santo, donde se alojaría desde entonces hasta nuestros días. Fallecida la madre Beatriz, sería Marta de Jesús quien completara la fundación formando la comunidad de religiosas, trazando sus reglas, que fueron aprobadas por el arzobispo Espínola, y concluyendo la instalación de las enfermerías e iglesia. Esta fue abierta a los fieles el 18 de enero de 1682 y bendecida el 4 de febrero de 1686 por el prelado Jaime de Palafox y Cardona. La real orden de 1848, circular de 3 de abril, estableció como establecimientos provinciales el Hospital de las Cinco Llagas y el del Pozo Santo. A pesar de esto, la incorporación a la administración provincial de ambos hospitales no se produciría hasta años más tarde (16 de febrero de 1854, por real orden de 9 de diciembre de 1853), en el que lo harían junto con el de San Lázaro. Los duques de Montpensier contribuyeron también al mejoramiento del hospital, a menudo visitado por la infanta María Luisa Fernanda y sus hijos para ayudar a las religiosas en el cuidado de las enfermas. Las religiosas de la orden Tercera de san Francisco estaban a cargo del gobierno del hospital, que sostenía a un médico, practicante, capellán y sacristán. A partir de 1886, el personal administrativo del centro se fusiona con el de la secretaría de la Diputación Provincial de Sevilla.

Hospital del Amor de Dios

Aunque se conoce que fue fundado por una cofradía, se desconoce la fecha y la identidad de la misma. Su finalidad era la atención e enfermos de calenturas, opilaciones y cámaras. Tenía accesos a las calles Puerco y Pellejería (actuales calles Trajano y Amor de Dios). Con la reducción de hospitales por el cardenal Rodrigo de Castro y Osorio en 1587, se agregaron a éste hospital y al del Espíritu Santo los más de 100 que existían en la ciudad en aquella fecha. Al del Amor de Dios se le adjudicaron los inmuebles y rentas de 38 de los hospitales reducidos, que se emplearon en la construcción del nuevo edificio terminado treinta años después. El nuevo hospital se destinó a la curación de "toda clase de males agudos, crónicos, epidémicos y estacionales" y también, durante el siglo XVIII, calenturas "tercianas". Se regía por unas constituciones que no se han conservado, las cuales establecían el patronazgo de los arzobispos de Sevilla. Éstos nombraban, a través de una junta de gobierno, al administrador, de condición eclesiástica, que regía el centro, a un cura segundo, un contador, un veredero, un médico y un cirujano, Había además, nombrados por el administrador, un padre auxiliar, botiller, agente de negocio, un abogado procurador, veedor de obras, maestro de obras, sacristán, boticarios, enfermeros, cocineros y otro personal de los distintos oficios más necesarios para la marcha y mantenimiento del hospital. El edificio contaba con una capacidad bastante considerable y se considera que fue uno de los hospitales sevillanos que mejor funcionaron en la edad moderna. Contó con médicos de prestigio (los doctores Fernando de Valdés, Saavedra, Pedro Morales...) imbuidos de las corrientes innovadoras que dieron lugar en 1700 a la Regia Sociedad Sevillana de Medicina, Cirugía y Ciencias Naturales.

Hospital del Amor de Dios

  • ES.41063.ADPSE.AUT0004
  • Entidad colectiva
  • 1534/1840

Aunque se conoce que fue fundado por una cofradía, se desconoce la fecha y la identidad de la misma. Su finalidad era la atención e enfermos de calenturas, opilaciones y cámaras. Tenía accesos a las calles Puerco y Pellejería (actuales calles Trajano y Amor de Dios). Con la reducción de hospitales por el cardenal Rodrigo de Castro y Osorio en 1587, se agregaron a éste hospital y al del Espíritu Santo los más de 100 que existían en la ciudad en aquella fecha.

Al del Amor de Dios se le adjudicaron los inmuebles y rentas de 38 de los hospitales reducidos, que se emplearon en la construcción del nuevo edificio terminado treinta años después. El nuevo hospital se destinó a la curación de "toda clase de males agudos, crónicos, epidémicos y estacionales" y también, durante el siglo XVIII, calenturas "tercianas".

Se regía por unas constituciones que no se han conservado, las cuales establecían el patronazgo de los arzobispos de Sevilla. Éstos nombraban, a través de una junta de gobierno, al administrador, de condición eclesiástica, que regía el centro, a un cura segundo, un contador, un veredero, un médico y un cirujano, Había además, nombrados por el administrador, un padre auxiliar, botiller, agente de negocio, un abogado procurador, veedor de obras, maestro de obras, sacristán, boticarios, enfermeros, cocineros y otro personal de los distintos oficios más necesarios para la marcha y mantenimiento del hospital.

El edificio contaba con una capacidad bastante considerable y se considera que fue uno de los hospitales sevillanos que mejor funcionaron en la edad moderna. Contó con médicos de prestigio (los doctores Fernando de Valdés, Saavedra, Pedro Morales...) imbuidos de las corrientes innovadoras que dieron lugar en 1700 a la Regia Sociedad Sevillana de Medicina, Cirugía y Ciencias Naturales.

Hospital de San Lázaro

  • ES.41063.ADPSE.AUT0008
  • Entidad colectiva
  • 1322/1878

Es el hospital más antiguo de la ciudad de Sevilla, cuyos orígenes sitúan algunos historiadores en los momentos de la conquista de Sevilla, cuando el rey Fernando III, para evitar la propagación de la lepra (elefantiásis o mal de san Lázaro) entre sus tropas, dispuso que se acogiese a los afectados en la torre de los Gausines (así denominada por sus constructores árabes, los hermanos Gausines), situada extramuros, al norte de Sevilla y cerca de la zona del actual barrio de la Macarena.

Una vez conquistada la ciudad, Alfonso X dispone establecer una casa de la orden de San Lázaro, para albergar los "grafos, plagados y malatos" del arzobispado y del obispado de Cádiz, otorgándole bienes y privilegios que los sucesivos monarcas irían ampliando, a los que se sumarían concesiones especiales de la santa sede.

Las primeras referencias de una edificación hospitalaria es una provisión del rey Alfonso XI de 1334 sobre los enfermos de este sitio, recogida en traslado de fecha 1574 que cita otras disposiciones de Alfonso X, Sancho IV (1284) y Fernando IV (1302). Este documento se refiere en repetidas ocasiones a la "Casa de San Lázaro" como lugar de residencia de los enfermos de lepra.

En el año 1393 se redactan las primeras reglas del Hospital de San Lázaro, de las que tenemos conocimiento a través de una copia de 1494. En ellas se indica que los enfermos residían en edificaciones dispersas denominadas "casas", que les eran entregadas al ingresar y debían ser conservadas por los propios enfermos. Es de suponer que consecuentemente al uso hospitalario, entendido desde una perspectiva medieval, el hospital siempre habría contado con iglesia o al menos capilla, lo cual se desprende de una de las bulas papales con las que contaba el hospital. La bula concedida en 1479 otorgaba potestad de celebración de los "divinos oficios".

El ordenamiento que regía la fundación establecía la representación del poder real en la figura de un mayoral o administrador, llamado "mampastor", cuya actuación podía verse condicionada por el parecer de los propios enfermos, representados en un cabildo por dos asesores residentes en el propio establecimiento. Había cien bacinadores o demandantes de limosnas en los cien pueblos que contribuían al sostenimiento del hospital. Los cargos solían ser desempeñados por nobles.

El Hospital de San Lázaro se encontraba cerca del Cementerio de San Fernando. El domingo siguiente a la festividad de san Lázaro podían salir los enfermos por el camino que conducía a la ciudad para pedir limosnas.

También existía la costumbre de que cada día pasasen cuatro enfermos a la ciudad a pedir limosnas, cada uno en un caballo, haciendo sonar unas tablillas para anunciar su presencia, pues les estaba prohibido hablar.

Por real orden de 1848 se consideró al lazareto sevillano como un establecimiento benéfico de carácter provincial. En 1854, el mayoral mampastor José Picavea de Lesaca, designado por el rey a través del Consejo de Castilla como principal administrador del lazareto, entregaba los caudales existentes en el mismo a la hospitalidad provincial.

Por la Ley General de Beneficencia de 20 de junio de 1849 desaparecía el patronato real. Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl iniciaron su cooperación en 1864, algo más tarde que en los otros establecimientos sevillanos. José María Ibarra, director del hospital gestionó su completa reforma, con la construcción de galerías, salas de descanso, refectorio de mujeres y varias oficinas cuyas obras fueron costeadas por sus hijos en cumplimiento de su testamento.

El personal estaba formado por un médico, un topiquero, varios enfermeros, un capellán y un sacristán. A partir de 1886, el personal administrativo se integra con el de la secretaría de la Diputación Provincial de Sevilla.

En 1972, tras el cierre del Hospital Central, la Diputación transforma al de San Lázaro en un hospital provincial de carácter general, superando su tradicional especialización de forma provisional hasta que se pusiera en funcionamiento el Hospital de Valme, sin embargo, al cederse éste al Instituto Nacional de Previsión, el de San Lázaro se convertiría en el Hospital Provincial Médico Quirúrgico destinado a la atención de enfermos sin recursos, registrados en los padrones municipales de beneficencia y casos similares. Con la ley de integración de los servicios sanitarios de las diputaciones andaluzas en el Servicio Andaluz de Salud pasó a convertirse en 1991 en un nuevo hospital general de la Seguridad Social dependiente de la Junta de Andalucía

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