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Concejo / Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra

  • ES.41224.AUT0021
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  • 1800

Un año antes de la conquista de Sevilla en 1247, Cazalla es incorporada al reino castellano-leonés. Como todas las regiones, se entrega al reino cristiano sin lucha. Fue cercada, y poco a poco, el desgaste de los cercados les lleva a las Capitulaciones o acuerdos de rendición. En los comienzos de la segunda mitad del siglo XIII, la localidad se verá afectada, desde el punto de vista jurisdiccional, por una serie de donaciones y trueques de posesiones entre la Iglesia y el Concejo de Sevilla y la Orden de Calatrava, quedando ligada al alfoz del Concejo de Sevilla en calidad de concejo semiautonómo. Dada la pobreza de la zona, en relación con las tierras de campiña conquistadas en el XIII, tuvo una repoblación tardía. En el siglo XVI Cazalla de la Sierra alcanza su mayor cota de desarrollo. El número de habitantes no deja de aumentar y, a final de siglo, llega a los siete mil habitantes. Desde el punto de vista económico, se consiguen grandes ganancias generadas en torno a la producción vitivinícola. En esta época, el municipio se extiende geográficamente al Noroeste y al Norte. El siglo XVII, se inicia en el marco de una coyuntura demográfica negativa: en 1649 la población no es superior a los 3.500 habitantes, como consecuencia de los efectos de la peste. El aguardiente supondrá en la segunda mitad del siglo XVII un capítulo importante de la economía de Cazalla. A principios del siglo XX se produce un aumento demográfico importante, llegándose a los diez mil pobladores en 1930, cifra que jamás se había alcanzado en la historia de Cazalla. También destacan en esta época importantes obras urbanísticas que mejoraron la vida de los habitantes de la villa.

Concejo / Ayuntamiento de El Pedroso

  • ES.41235.AUT0029
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  • 1691

Como jurisdicción de la Tierra de Sevilla, el Concejo de El Pedroso, ya declarado de realengo, surge a partir de la creación del gran concejo de Sevilla, una vez finalizada la conquista del Reino de Sevilla, en 1248. Pero el primer documento sobre la existencia de un concejo denominado “Lugar del Pedroso” lleva fecha del 11 de junio de 1266, se trata de una donación de tierras que Alfonso X efectuó a Don Remondo, Arzobispo de Sevilla. La consolidación del “lugar del Pedroso” está documentada en la Crónica de Alfonso XI, ya que pernoctó en dicho lugar en mayo de 1342.El 24 de septiembre de 1429, los diputados de Sevilla nombraron alcalde del castillo del lugar del Pedroso a Hernán Gutiérrez de Escobar, nombramiento que confirma que en el núcleo urbano existió un castillo medieval.En 1502, los Reyes Católicos, procedentes de Sevilla, permanecieron en El Pedroso. Y en febrero de 1526, pasaron y descansaron Isabel de Portugal y parte de su familia camino de Sevilla para contraer matrimonio con Carlos I el día 10 de marzo. El descubrimiento de América permitió que una cifra importante de pedroseños se incorporasen a su conquista y doblamiento, destacando Jerónimo López Hernández, que por su valiosa participación en la conquista y doblamiento de Méjico, Carlos I le concedió, para él y sus descendientes, escudo de armas; invitado por el Emperador, permaneció dos años en su corte, volviendo a Méjico por orden expresa del monarca, donde fue escribano del Cabildo y regidor perpetuo de Méjico capital.La primera información documentada sobre los yacimientos mineros de El Pedroso procede del reinado de Carlos I, y se trata de una Real Cédula en la que se citan los yacimientos de plata de Guadalcanal, Cazalla de la Sierra y El Pedroso. A finales del siglo XVIII, el vicario de la villa de El Pedroso informaba que “en el cerro del Hornillo y cerro del Higuerón” se estaban explotando unas minas de oro. En 1817 se fundó la Compañía de Minas de Hierros del Pedroso y Agregados, y se comenzó a construir la que sería la primera siderurgia de Sevilla. Siderurgia que experimentó su mayor auge a partir de 1831 con el nombramiento de Francisco Antonio de Elorza y Aguirre como director facultativo, buenos augurios que se vieron truncados, pues en 1888 la compañía se declaró en suspensión de pagos. Posteriormente, empresaas nacionales (con sedes sociales en Bilbao), y extranjeras, arribarán a la comarca y explotarán sus yacimientos, sobre todo el hierro, que exportarán a sus paises de origen, hasta los años 30, del siglo XX. En los años 1957-1968, se produce en El Pedroso una tímida recuperación de la actividad minera con la explotación del pozo San Manuel (pago del Redondillo).

Ayuntamiento de El Rubio

  • ES.41237.AUT0032
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  • 1836

Su actual denominación puede provenir de una finca latina que se llamó 'Fundus Rubeus' nombre que en época visigoda sufrió modificaciones para quedar en el actual de 'Rubio'.Una vez terminada la Reconquista, estas tierras comprendidas entre Osuna, Estepa y Écija, fueron repartidas a caballeros castellanos, fieles a Fernando III, así como a determinadas Órdenes Militares como la de Santiago y Calatrava. Parece ser que el apellido de algunos de estos caballeros era el de Rubio. El repartimiento se realiza dividiendo la zona en 32 aldeas. Una de ellas beneficiada con cuatro yugadas de tierra es concedida a pascual Jiménez Rubio. Durante los siglos XVII y XVIII se inserta en la jurisdicción de la Villa de Osuna. Es el siglo XIX la etapa de mayor esplendor de la región. A la vez que la Puebla de el rubio iba enriqueciéndose paulatinamente con un notable aumento de la población y con creación de nuevos oficios, la deuda de la casa de Osuna, propiciaría la creación del propio Ayuntamiento rubeño tras un largo proceso de emancipación. Concretamente el Rubio aparece con consistorio propio en un acta capitular del Ayuntamiento de Osuna, de fecha de 28 de enero de 1836. A partir de este momento, y durante todo el siglo XIX, se asientan en la localidad personas llegadas de pueblos limítrofes atraídos por la prosperidad y riqueza del municipio.La antes mencionada 'villa' fue más tarde una 'cortijada' perteneciente al ducado de Osuna hasta que en el siglo XIX se erigió en 'Municipio Independiente'.

Ayuntamiento de Gelves

  • ES.41244.AUT0035
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  • 1886

En el siglo XV, el territorio pertenecía al conde de Ureña quien, en 1527, vendió la villa a Jorge de Portugal. Dos años después, el emperador Carlos I concedió a esta casa el condado de Gelves en la persona del hijo del anterior, también llamado Jorge de Portugal, y a su mujer Isabel de Toledo. El hijo de ambos, Álvaro de Portugal, contrajo matrimonio con Leonor de Milán. Gelves pasó por las manos de otros dos ducados: el de Veragua y el de Alba. Así fue hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX, cuando el término estableció su ayuntamiento constitucional tal y como quedaba previsto en la Constitución de Cádiz de 1812.

Concejo / Ayuntamiento de La Campana

  • ES.41254.AUT0042
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  • 1574

La localización actual del núcleo urbano data del año 1412, cuando el Rey concede a Micer Bartolomé de Bocanegra las tierras de La Campana, para que fundara una población de hasta cincuenta vecinos. En el año 1559, la propietaria de los terrenos, Doña Juana, Infanta de Castilla y princesa de Portugal, vendió el señorío de La Campana a Don Fadrique Enríquez de Ribera, pasando siglos más tarde, en el XIX, a manos del Ducado de Alba.

Ayuntamiento de Montellano

  • ES.41274.AUT0052
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  • 1788

Será tras la conquista de estos territorios por los cristianos cuando comiencen a levantarse 'chozas de pastores de la sierra' , que dan lugar al origen de la población actual. Perteneció al ducado de Osuna hasta 1788 , en que consigue la categoría de Villa del rey Carlos III. Durante la Guerra de la Independencia , esta villa fue incendiada dos veces por las tropas francesas como represalia por la hostilidad de los vecinos.Este suceso es el tema central del escudo del municipio.

Concejo / Ayuntamiento de Peñaflor

  • ES.41281.AUT0057
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  • 1660

Tras la conquista del valle del Guadalquivir por Fernando III a mediados del s. XIII, el monarca otorga ésta y otras villas a la orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, en recompensa por su colaboración en la campaña. La orden repobló toda la zona durante la segunda mitad de dicha centuria.En el siglo XIV, Alfonso XI concedió a Luís Portocarrero el señorío de Hornachuelos, Peñaflor, Posadas y Santaella. Felipe IV vende estas tierras en el siglo XVII a Rodrigo Cañaveral y Cárdenas, quien la vendería a su vez a la marquesa de Almenara. Ësta la cede a Antonio Hiniestrosa, luego marqués de Peñaflor.En el siglo XIX, abolidos los señoríos, dependió jurídicamente de Palma del Río, incluyéndose en la provincia de Córdoba, hasta que en 1814 pasa a formar parte de la provincia de Sevilla.La Constitución de 1812 pone fin al sistema concejil y da paso al Ayuntamiento Constitucional, aunque este cambio no será efectivo hasta la proclamación del Estatuto Real de 1834, tras el breve paréntesis iniciado en 1820 con el pronunciamiento de Riego. En el nuevo sistema, el único alcalde es elegido mediante sufragio directo y restringido.Su población oficial en la actualidad es de 3.930 hs.

Ayuntamiento de Villanueva del Río y Minas

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  • 1809 - 2018

Al hablar de la historia de Villanueva del Río y Minas lo primero que debemos destacar es la singularidad de la localidad pues está formada por diversos núcleos poblacionales amalgados con el tiempo, en el que destaca Villanueva del Río, el pueblo matriz del actual municipio. La Mina , asentamiento surgido a mediados del siglo XIX en torno a una importante cuenca hullera y el enclave de "El Carbonal", construido para la plantilla de una importante fábrica. También se le ha conocido como Villanueva de las Minas o Minas la Reunión.
Durante la época romana, Villanueva del Rio fue un importante puerto fluvial. Durante la dominación musulmana el territorio quedó despoblado por lo que tras la reconquista se tuvo que construir la villa de nuevo y pasó a denominarse Villanueva. Posteriormente fue feudo del Duque de Alba quedando como testimonio de ello el edificio en ruinas junto a la iglesia de Santiago el Mayor.Su economía se basaba en la agricultura del olivar y la pesca de los albures que subían por el Guadalquivir hasta Alcolea y Lora. Esta situación comienza a cambiar en el siglo XVII al descubrirse las minas de carbón. Felipe III autoriza a que el carbón mineral sea llevado en barcazas hasta Sevilla. En esta zona surgirá un poblado minero y con el tiempo se transformará en la barriada de La Mina y parará a llamarse Villanueva de Las Minas. En el siglo XIX, las minas de la zona adquieren gran importancia y el gobierno del Estado decide atender las peticiones del barrio minero que era el que tenía el poderío econónico y acaba por convertir a este barrio en cabeza del municipio. En 1944 queda registrado en el BOE del 22 de diciembre el cambio del nombre de Villanueva del Río a Villanueva del Río y Minas.
En cuanto a la zona de "El Carbonal" destacar que toma esa denominación a comienzos del siglo XIX cuando se construyó un gran almacén de carbón junto al río Guadalquivir, con objeto de acumular el mineral para su posterior tralado en barcazas carboneras. En 1817 el primer barco de vapor que surco las aguas de dicho río, llamado "Real de San Fernando " y perteneciente a la Compañia de Navegación del Guadalquivir, llevaba carbón de estas minas para las principales fundiciones y fábricas militares de Sevilla. Por último, destacar que la mina seguiría funcionando has 1973, año en que se decretó su cierre pese a las protestas de sus trabajadores.

Ayuntamiento de Martín de la Jara

  • ES.41273.AUT00001
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  • 1813

Son varias las teorías y publicaciones que han venido a explicar el origen de Martín de la Jara y del vecino municipio de Corrales. Para unos, se debe al establecimiento en el lugar de una antigua explotación ganadera trashumante del señor de la comarca, el Duque de Osuna. Otros opinan que la creación de ambos pueblos se debe a la existencia de los establos donde el mencionado duque guardaba su ganado.

Algunas versiones populares apuntaban a que antiguamente el Duque de Osuna organizaba ferias de ganado en esta zona, lo que dio origen al pueblo, o que en un principio en Martín de la Jara vivían los ganaderos del Duque de Osuna y sus ganados estaban en Los Corrales. Sobre Martín de la Jara, en concreto, se comenta también que un herrero o, tal vez un capitán llamado Martín se estableció en los inicios de la aldea tras la conquista de Granada, y que, debido a la abundancia de jaras, tomó este nombre.

El problema es que ninguna de esas teorías está demostrada ni documentada. Lo que está demostrado es que este territorio siendo musulmán, fue conquistado por el rey castellano Fernando III el Santo (1240), pasando a formar parte de una zona fronteriza sujeta a constantes avances y retrocesos, lo cual no favorecía la repoblación por lo que la zona estaba controlada por una Orden Militar, manteniéndose esa situación hasta las tomas de Antequera (1410) y de Ronda (1480). Es a partir de entonces cuando la franja fronteriza es entregada a los nobles en pago a sus servicios, quedando Martín de la Jara incluida en el término de Osuna, que se dividió en tres partes a raíz de la toma de Granada (1492): una para el Conde de Ureña, otra para el Consejo de Osuna y una tercera para la Corona. Don Juan Téllez Girón, segundo Conde de Ureña consolida el señorío a partir de 1520 aproximadamente y, poco a poco va acaparando las mejores tierras.

El quinto Conde se convierte en el primer Duque de Osuna en tiempos de Felipe II (1562) y, al finalizar el siglo XVI, la casa Ducal poseía el 22% del total de las tierras del término. En 1539 se acuerda en el consejo de Osuna un reparto de tierras baldías y relengas para su repoblación por ciertas familias, a las que se les cobraba una renta de las que 2/3 partes iban a parar a la Casa Ducal. Durante siglos, estos terrenos se dedicaron a la agricultura y a la ganadería, provocándose gran cantidad de pleitos entre agricultores y ganaderos por la delimitación de los caminos, veredas, ejidos, realengos y baldíos que se extendían en los términos tanto de Martín de la Jara como de los Corrales. A principios del s. XIX, con la abolición de los señoríos jurisdiccionales, se instauró en Martín de la Jara su primer ayuntamiento Constitucional.

Ayuntamiento de Lora de Estepa

  • ES41264AUT000001
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  • 1807

Acerca de su pasado histórico no existen muchos datos, pero si nos basamos en la gran cantidad de material arqueológico de época romana podemos concluir que en su lugar existió una población denominada “Laura” o “Lauris”, de carácter recreativo y posiblemente muy vinculada a las vecinas localidades de Ostipo y Ventipo. Los árabes la llamaron 'Al-Auria '. En esta época conoció cierta importancia.Tras la conquista castellana, fue donada a la Orden Militar de Santiago, permaneciendo bajo su jurisdicción hasta el siglo XVI en el que Felipe II se la concedió a don Adán Centurión y Ultramarino.El actual poblamiento no se remonta más allá de fines del XVI o comienzos del XVII, cuando don Juan de Córdoba Centurión instaló en aquel lugar su residencia.El nombre de “Lora de Estepa”, se tomó para diferenciarla de “Lora del Río” y de otras poblaciones de igual nombre, por lo que se le añadió “el” junto a “Estepa” y de ahí el actual.Estuvo incluida en el 'marquesado de Estepa' hasta el año 1837.

Ayuntamiento de Los Molares

  • ES.41267.AUT0049
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  • 1873

Su origen se remonta a la Edad Media, cuando Fernando IV regaló a Lope Chico una dehesa de nombre 'El Molar' , por su ayuda contra los moros. Más tarde pasó a manos de Don Lope Gutiérrez de Toledo, que mandó construir en 1.336 un castillo, alrededor del cual se formó la villa de Los Molares.En 1.430 el Castillo pasó a manos de 'los Ribera', pasando a ser una fortaleza importante contra los moros.Hasta 1.847 perteneció a los Duques de Alcalá y al suprimirse los señoríos pasó a depender de Utrera hasta 1.919, fecha en que alcanzó su autonomía.

Diputación Provincial de Sevilla

  • ES.41063.ADPSE.AUT0001
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  • 1813-11-22/-

Con la Constitución de 1812 se crea una nueva circunscripción territorial, la provincia, y unas nuevas instituciones, las diputaciones provinciales, para el gobierno y administración de las mismas. Su artículo 325 determina que "en cada provincia habrá una Diputación, llamada provincial, para promover su prosperidad, presidida por el gefe superior".

Organizadas como órganos intermedios entre el poder central y los municipios (artículo 323), tuvieron unas amplísimas competencias (artículo 335), que se pueden sintetizar en las de fomento y desarrollo económico de las provincias.

La Diputación de Sevilla no se constituiría hasta 1813, considerándose la fecha del 22 de noviembre como la fundacional, aunque no pueda afirmarse con plena seguridad, dada la falta de documentación para sus primeros años de historia. El primer documento que acredita la existencia de la Diputación de Sevilla, considerado como su documento fundacional , es el que se refiere al inicio de las actuaciones de la Diputación el día 22 de noviembre de 1813 que se conserva en el Archivo Municipal de Sevilla. Aunque su primera andadura fue breve pues, con la restauración de Fernando VII, el 4 de mayo de 1814 fue suprimida la Constitución de 1812 que había dado lugar a su existencia.

El trienio liberal (1820/1823) restauró la Constitución y con ella las diputaciones (decreto de 3 de febrero de 1823), sin más cambios que el de una nueva división territorial de 52 provincias, en la que la de Sevilla resulta modificada con la segregación que da origen a la de Huelva.

La restauración y sostenimiento del absolutismo a lo largo de la "ominosa década" (1823/1833), vuelve a suspender la existencia de las diputaciones hasta la regencia de María Cristina (1833/1840) en que al consolidarse el poder de los liberales, se recuperan de nuevo, ahora definitivamente. En este periodo, el decreto de 3 de noviembre de 1833 del entonces ministro de Fomento, Javier de Burgos, impuso una nueva división territorial de 49 provincias que incidió en la de Sevilla, a la que se le segregan ahora Cádiz y la comarca de Antequera, quedando circunscrita a sus actuales límites, con diez partidos judiciales y la capital.

Las primeras competencias que se atribuyen a las diputaciones en el s. XIX giran en torno a las funciones de control municipal, de beneficencia pública y de obras públicas de ámbito e interés provincial y otras varias en torno al fomento económico y cultural.

En cuanto a las primeras, las diputaciones se configuran como superiores jerárquicos de los ayuntamientos, aunque bajo los gobiernos moderados, entre 1845 y 1868, este papel se verá reducido en beneficio de los gobernadores civiles.

Las competencias benéfico asistenciales figuran también como una de las más importantes desde los primeros años de las diputaciones, especialmente desde 1846, a raíz de la real orden de 3 de abril sobre clasificación de los establecimientos municipales y provinciales y la ley de beneficencia de 20-06-1849 que establecen un sistema de beneficencia pública provincial dirigido por las juntas provinciales de beneficencia hasta que en 1868 son sustituidas por las propias diputaciones provinciales a través de sus negociados de Beneficencia, que habían sido creados con la ley para el Gobierno y Administración de las Provincias de 21 de octubre de 1866. Además, a partir de 1886 los negociados de beneficencia asumen también casi todas las funciones de las juntas administrativas de los propios centros benéficos y hospitalarios. De esta forma, los hospitales Central (o de las Cinco Llagas, incluyendo el departamento de dementes que daría origen al Manicomio de Miraflores), de San Lázaro y del Cristo de los Dolores (del Pozo santo), la Casa Cuna y el Hospicio se convierten en centros dependientes de la Diputación Provincial de Sevilla y gestionados por ella hasta el último tercio del s. XX.

El tercer grupo de competencias iniciales más característico es sin duda el relativo a obras públicas provinciales, con un destacado protagonismo en la construcción y conservación de caminos vecinales y carreteras, de edificios estatales en la provincia, como gobiernos civiles, audiencias, tribunales de menores, prisiones, institutos de enseñanza, escuelas de magisterio, de bellas artes?

Entre 1812 y 1845 se detecta también una interesante actividad en torno al fomento agropecuario, industrial y comercial que se materializa en la creación de juntas provinciales de agricultura, repoblaciones forestales, extinción de plagas, colaboración con las obras de tendido de líneas férreas, por ejemplo.

La Constitución de 1869 dota a las diputaciones de poder político con autonomía propia para la consecución de sus fines. A fines del s. XIX se potencian sus funciones de órgano superior jerárquico de los ayuntamientos y quedarán constituidas como auténtico órgano de la administración local a partir del Estatuto Provincial de 1925, concepto básico de diputación que, con las modificaciones que hasta hoy han ido introduciendo las legislaciones sucesivas, ha llegado hasta nuestros días.

A partir de 1955, con el respaldo a las nuevas formas de gestión de los servicios públicos que implica la promulgación del Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales (dto. de 17/06/1955), pero singularmente desde mediados de la década de los ochenta del pasado siglo, empiezan a proliferar en la órbita institucional de la Diputación, con diferentes grados de vinculación en función de su naturaleza jurídica, todo tipo de organismos autónomos, fundaciones, patronatos, empresas públicas, sociedades privadas provinciales, empresas mixtas, etc... creados para la gestión directa o indirecta de servicios determinados de forma especializada (educación, cultura, deportes, promoción económica, turismo, informática, recaudación...) que se multiplican singularmente desde mediados de la década de los años ochenta del pasado siglo. Se trata en cualquier caso de centros y entidades creados para la gestión de servicios de competencia provincial y cuyos documentos constituyen una parte integrante del fondo documental de la Diputación, plenamente asignable a su esquema de clasificación orgánico-funcional. Son los casos de...

  • Caja Provincial de Ahorros de la Diputación de Sevilla
  • Organismo Provincial de Asesoramiento Económico y Fiscal (OPAEF)
  • Sevilla Activa
  • Fundaciones / Patronatos: Luís Cernuda, Manuel Giménez Fernández, Patronato Provincial de Inversión Rural (PIR), de Acción Territorial y Urbanismo, de Gestión Tributaria y Recaudación, de Asistencia a la Tercera Edad de Marchena, de Promoción y Asesoramiento Económico, de Cultura...
  • Granja Escuela de Agricultura
  • Casa de la Provincia
  • Prodetur, Inpro y otros muchos entes públicos de diferentes características que han ido apareciendo y sucediéndose lo largo del tiempo

Por el contrario, otros documentos son el resultado de la participación de la Diputación en órganos administrativos o entidades interinstitucionales y tienen unas características plenamente diferenciables de las del fondo de la institución (Junta Provincial del Censo Electoral, Comisión Provincial Mixta de Reclutamiento, Delegación Interprovincial del Instituto de Estudios de la Administración Local (IEAL), Mancomunidad de Municipios del Aljarafe, Mancomunidad de Abastecimiento de Aguas del Huesna, Incineradora de Residuos con aprovechamiento energético (INRAESA), constituyendo fondos propios que por distintas razones han acabado conservándose en este Archivo.

Hospicio Provincial

  • ES.41063.ADPSE.AUT0012
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  • 1561/1973

Los orígenes y antecedentes del Hospicio se remontan al año de 1450 en que se establece con cargo a los bienes de propios de la ciudad la institución denominada Niños de la Doctrina. Más tarde, en 1619, la madre Luisa de San Antonio consiguió que pudiera fundarse lo que se llamó El Beaterio, que ampliaba sus objetivos incluyendo la enseñanza de las niñas pobres y a las jóvenes de más de 12 años. Para el caso de la atención a la educación de varones jóvenes pobres surgiría en 1725 la institución creada por Toribio Velasco, que sería conocida con el nombre de 'los Niños Toribios', en memoria de su fundador. Faltaba atender la protección hacia los ancianos pobres, por lo que para este fin se estableció en 1831 frente al Convento de Madre de Dios una casa benéfica para ancianos pobres y niños de ambos sexos que surgió de la iniciativa oficial que inauguró el Asistente de Sevilla José Manuel de Arjona. Para sostenimiento del Hospicio se utilizaron las rentas acumuladas de varios patronatos de legos que habían sido suspendidos por los mandatos reales de 1790 y 1793, que se volverían a rehabilitar en 1812, cuando Juan Eloy Soret dejó en testamento todos sus bienes y rentas para la creación de otro establecimiento benéfico, que se fundó con el nombre de Hospicio.Ante la semejanza de finalidad entre estas instituciones citadas se pensó en reunir las cuatro primeras fundaciones bajo una misma dirección para facilitar su gestión y sostenimiento, de forma que en 1840 se fusionan y trasladan al local que ocupaba el Hospicio, en la anterior sede del hospital de los Inocentes en la collación de San Marcos, donde quedaron centralizados bajo este nombre y al cuidado administrativo de la junta local de beneficencia.Algunos años más tarde varió su ubicación encontrándose en el monasterio de San Jerónimo de Buenavista, extramuros de la ciudad, por lo que el gobernador civil decidió trasladarlo a la población. Para ello el hospicio de hombres pasó al exconvento que fue de San Luis (de la Compañía de Jesús) y el de las mujeres quedaba en el de Santa Isabel (por no tener cabida todos en un mismo establecimiento). No obstante, ambos hospicios se unían en un mismo edificio en la calle de San Luís en junio de 1864. Por la ley de 1849 y el reglamento de 1852 se nombró una junta para el gobierno y dirección del establecimiento.En el Hospicio Provincial se proporcionaba recogimiento y refugio a los expósitos mayores de seis años y a todos los demás pobres, de ambos sexos, de la provincia, incluidos entre los lisiados, cojos, mancos, ciegos y otros que, no estando absolutamente impedidos, podían prestar alguna utilidad en los trabajos del establecimiento.Fue voluntad del fundador que se diese a los acogidos aprendizaje de oficios útiles, especialmente los de elaboración de lienzos y calzados. De la fabricación de lienzos se prescindió al reconocer que el manejo de los telares suponía un esfuerzo superior a las facultades físicas de los acogidos. En cambio, se amplió el número de enseñanzas artesanas. En 1873, la Diputación Provincial creó un colegio anexo para sordomudos, el Colegio Provincial de Sordomudos y Ciegos.Los acogidos podían permanecer en el establecimiento hasta que eran llamados al servicio militar. Las acogidas salían cuando encontraban colocación adecuada o las reclamaban sus familias. Al igual que en otros establecimientos benéficos el personal administrativo de oficinas quedaba refundido en el de la secretaría de la Diputación Provincial desde el año 1886.Desde 1938 los alumnos ciegos sería acogidos en el centro de la O.N.C.E, quedando en el Colegio Provincial solo los sordomudos. Los centros educativos provinciales 'Blanco White' (alumnos) y 'Pino Montano'(alumnas) heredarían las funciones educativas del antiguo Hospicio en 1969 y 1973 respectivamente. En 1972 fueron también trasladados los sordomudos, según su sexo, a estos centros, dado el lamentable estado del edificio de su Colegio Provincial.Después de 1997 se incorporó al fondo un importante volumen documental procedente de los centros de Pino Montano y Blanco White

Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer

  • ES.41063.ADPSE.AUT0019
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La Asociación Española Contra el Cáncer se constituyó el 5 de marzo de 1953 con el propósito de luchar contra el cáncer en todas sus modalidades en un periodo en que la Seguridad Social carecía de una adecuada infraestructura y no llegaba a toda la población, por lo que muchos enfermos de cáncer no tenían posibilidad de recibir tratamiento. Los objetivos de la asociación han ido variando desde su fundación hasta el momento actual, intentando siempre dar una respuesta a las necesidades de los enfermos de cáncer y sus familias. Su principal promotor fue el empresario catalán José Biosca Torres. Los primeros diez años de vida, la asociación centró sus esfuerzos en el pago de tratamientos a las personas sin recursos; en crear centros regionales oncológicos y en dotar de aparatos médicos a los centros hospitalarios para el tratamiento, como fue la adquisición de las primeras bombas de cobalto, para que los pacientes pudieran recibir tratamiento radioterápico con los últimosavances tecnológicos del momento.Posteriormente, y a partir del año 1965, cuando la Seguridad Social ya ofrece atención médica a toda la población, se comenzaron a destinar recursos a otro tipo de actividades, poniendo especial énfasis en la prevención secundaria. Ya en 1965, la AECC inició los primeros programas de detección precoz del cáncer ginecológico. Tras estos programas llegarían los de cáncer de mama con la realización de mamografías en unidades móviles en 1979. La asociación está compuesta por voluntarios, socios y personal contratado que aúnan esfuerzos para conseguir los objetivos de la asociación. El 29 de septiembre de 1966 fue inscrita, con el número nacional 3.827 de la Sección 1ª, en el Registro Nacional de Asociaciones. Fue declarada de 'Utilidad Pública' por acuerdo del Consejo de Ministros adoptado en su reunión del día 24 de abril de 1970. El 'Comité Sevillano de la Asociación Española Contra el Cáncer' se constituyó el 25 de marzo de 1958.La Asociación Española Contra el Cáncer tiene actualmente su sede central en Madrid y desarrolla su actividad en toda España gracias a sus 52 juntas provinciales, con representación en más de 2.000 localidades de todo el país.La estructura interna de la AECC viene determinada por sus estatutos, registrados en el Ministerio del Interior. Éstos establecen los órganos de gobierno de la organización, que son:- Asamblea General: es el órgano máximo de gobierno de la asociación- Consejo Ejecutivo: es el órgano de gobierno, de administración y representación de la asociación. - Comisión Permanente: es el órgano delegado del Consejo Ejecutivo de la asociación. - Comité Técnico: es el órgano permanente de asesoramiento del Consejo Ejecutivo de la asociación en todos los asuntos que conciernen al orden técnico y sanitario.- En el ámbito territorial autonómico, las actividades propias de la asociación se coordinan por entidades jurídicas autonómicas, que en la actualidad están en proceso de constitución.- En el ámbito territorial provincial y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, cada junta provincial cuenta con un consejo ejecutivo provincial y un comité técnico provincial.- En el ámbito territorial local existen juntas comarcales y locales.Domicilio Social: Amador de los Ríos, 5, 28010 MadridCIF: G- 28/197564 Teléfono: 91 319 41 38 Fax: 91 319 09 66Correo electrónico: sedecentral@aecc.es / informacion@aecc.es

Sociedad Española de Amigos del Arte

  • ES.41063.ADPSE.AUT0020
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Las fotos se encontraron durante la realización de los trabajos para la revisión del inventario de patrimonio en un almacén que el Área de Cultura tenía en el Cortijo de Cuarto, que servía como depósito de parte del patrimonio histórico-artístico de la Diputación. Estaban colocadas en dos paneles enmarcados, de 2 x 1 m, aproximadamente, y clavadas con chinchetas a modo de collage. Procedían de la iglesia de San Luis de los Franceses, de donde se sacaron cuando iban a empezar las obras de restauración.

Hospital del Pozo Santo

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  • 1414-1803

Su creación se debe a la religiosa franciscana sor Beatriz Jerónima de la Concepción quien, tras llegar a Sevilla en enero de 1666 y caer enferma, trató de conseguir un albergue en el que acogerse con otras mujeres desvalidas. El respaldo por parte de la superiora de la orden, sor Marta de Jesús Carrillo, llevó a la idea de fundar un auténtico hospital que estaría destinado a asistir a mujeres impedidas en cama o ciegas.
Tras conseguir una casa en la calle Venera de Sevilla (hoy calle Jose Gestoso), así como tres camas y un cuadro que representaba a Cristo resucitado, san Francisco y santa Teresa (donaciones de la señora Ana Trujillo) y que Melchor de Escuda, obispo de Bizerta, les concediera una limosna de 50 reales, se creó la institución con el nombre de Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores o del Buen Pastor.
Tres años después, la misma señora Trujillo compró para el hospital un edificio en el centro de Sevilla, la plaza del Pozo Santo, donde se alojaría desde entonces hasta nuestros días.
Fallecida la madre Beatriz, sería Marta de Jesús quien completara la fundación formando la comunidad de religiosas, trazando sus reglas, que fueron aprobadas por el arzobispo Espínola, y concluyendo la instalación de las enfermerías e iglesia. Esta fue abierta a los fieles el 18 de enero de 1682 y bendecida el 4 de febrero de 1686 por el prelado Jaime de Palafox y Cardona.
La real orden de 1848, circular de 3 de abril, estableció como establecimientos provinciales el Hospital de las Cinco Llagas y el del Pozo Santo. A pesar de esto, la incorporación a la administración provincial de ambos hospitales no se produciría hasta años más tarde (16 de febrero de 1854, por real orden de 9 de diciembre de 1853), en el que lo harían junto con el de San Lázaro.
Los duques de Montpensier contribuyeron también al mejoramiento del hospital, a menudo visitado por la infanta María Luisa Fernanda y sus hijos para ayudar a las religiosas en el cuidado de las enfermas.
Las religiosas de la orden Tercera de san Francisco estaban a cargo del gobierno del hospital, que sostenía a un médico, practicante, capellán y sacristán.

A partir de 1886, el personal administrativo del centro se fusiona con el de la secretaría de la Diputación Provincial de Sevilla.

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