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Instituciones productoras de los documentos

Arzobispado de Sevilla

  • Entidad colectiva
  • Siglo I d.c./

El origen de la diócesis se remonta a la Sede Apostólica de la época romana, alrededor del siglo I. San Geroncio, obispo de Itálica, predicó en la Bética durante los tiempos apostólicos. Un obispo de Sevilla, Sabino, figura como asistente al Consejo de Illiberis del año 287. Zenón (472-486) fue nombrado vicario apostólico por el papa Simplicio, y el papa Hormisdas dio el mismo cargo al obispo Salustio en las provincias de Bética y Lusitania. Ocuparían la sede san Leandro, famoso por su contribución a las conversiones de San Hermenegildo y Recaredo , así como por presidir el III Concilio de Toledo en el 589., y su hermano san Isidoro, que a su vez presidió el IV Concilio de Toledo y destacó como intelectual como autor de, entre otras destacadas obras, las "etimologías". En el Códice Emilianense de El Escorial se contiene una relación de los obispos de Sevilla, Toledo y Elvira.

(Disponible en: https://www.archisevilla.org/archidiocesis/historia-de-la-iglesia-en-sevilla/ [Consulta de 2020/07/02])

Tras la conquista de Sevilla por Fernando III en 1248, una figura relevante de esta etapa es Don Remondo, en cuyo haber conviene cargar la restauración de la Iglesia local, instauración del Cabildo Catedral y aparición de lo que se empieza a conocer como cofradías y hospitales.

Las primeras diócesis americanas fueron creadas bajo la jurisdicción de la archidiócesis de Sevilla hasta la conversión en archidiócesis de las Santo Domingo, México y Lima en 1546.

La diócesis de Huelva no se formó hasta 1953 por una bula de Pío XII y la de Jerez en 1980. Actualmente los límites de la diócesis coinciden con los de la provincia de Sevilla

(Vid. Institución Colombina. Archivo Arzobsipal. GONZÁLEZ FERRÍN, Maria Isabel. "Archivo General del Arzobispado de Sevilla" (Disponible en: http://www.icolombina.es/archivo/index.htm [Consulta de 2020/07/02])

Archivo Histórico Capitular de Sevilla (Coleccionista)

  • ES.41063.ADPSE.AUT0023
  • Entidad colectiva
  • 1248 -

El Archivo de la Catedral de Sevilla debemos entenderlo como un "centro de archivo" en el que se custodia un fondo archivístico vertebrador, el Archivo Capitular, generado por el cabildo de la Catedral desde su establecimiento por Fernando III en 1248 hasta nuestros días, en torno al cual se han depositado otros fondos de archivos, cuyas instituciones productoras, vinculadas desde sus orígenes a la Catedral de Sevilla, cuentan cada una de ellas con su propio desarrollo histórico. Estos fondos documentales vinculados a la Catedral y depositados o incorporados al Archivo de la Catedral de Sevilla en los últimos años son: la Capilla Musical de la Catedral, el Archivo de la Capilla Real de Sevilla , el Archivo de la Hermandad de las Doncellas, el Archivo de la Hermandad de la Granada y el Antiguo Archivo de la Parroquia de San Roque.
El papel desempeñado por el cabildo metropolitano y la importancia política y económica de la sede hispalense están documentados en su archivo capitular, constatándose la preocupación de la institución capitular por la buena conservación y control de los documentos custodiados en su archivo. De igual manera se comprueba la atención continua de los Capellanes Reales por el Archivo de la Capilla Real, que hasta el año 1998 se encontraba en la propia Capilla Real de la Catedral de Sevilla, contando con una clasificación e inventario de documentos a partir del siglo XVII.
En la actualidad los fondos correspondientes al Archivo de la Catedral de Sevilla están ubicados en las instalaciones que para tal fin se restauraron en el ala nordeste del Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla. Sin embargo en fechas próximas se trasladarán estos fondos documentales a unas nuevas instalaciones que se están rehabilitando en el Palacio Arzobispal de Sevilla.Desde sus orígenes el cabildo establecido en la Catedral de Sevilla fue tutelado directamente por Fernando III y sus sucesores en la monarquía castellana. Fernando III y su hijo Alfonso X están en el origen de los grandes privilegios y rentas que fundamentan la preeminencia y destacado papel de la sede hispalense y su cabildo metropolitano en los siglos posteriores. Junto a toda la documentación correspondiente a dotaciones reales, tanto de Fernando III como de sus sucesores en el Reino, se fue incorporando al Archivo Capitular numerosa documentación papal, episcopal, notarial y administrativa por diversos motivos:
•En primer lugar porque hasta el Concilio de Trento, segunda mitad del siglo XVI, en todas las diócesis y entre ellas la hispalense, el gobierno de los obispados solía recaer en los cabildos catedrales, lo que les llevó a contar con un rico patrimonio documental medieval.
•En segundo lugar, fueron muchas las dotaciones de particulares tanto de propiedades rústicas como urbanas que se vincularon a la Catedral a lo largo de los siglos, conservando el archivo numerosa documentación notarial, que generó a su vez importante documentación administrativa como resultado de toda la gestión de los bienes capitulares, no dejando pasar que era el cabildo el encargado de la recogida de los diezmos y de su reparto con la mesa arzobispal.
•En tercer lugar, supeditado a lo anterior, en el archivo se custodia toda la documentación generada como consecuencia de las necesidades económicas y de control que conlleva la construcción y conservación de una catedral gótica hasta hoy día.

Creator (ISAD 3.2.1)

Example fonds Creator history (ISAD 3.2.2). Note that this will be added to the related authority record for Creator (ISAD 3.2.1).

Hospital de San Hermenegildo

El Hospital de San Hermenegildo, más conocido como "del Cardenal" o "de los Heridos", fue fundado en 1455 por Juan de Cervantes y Bocanegra, cardenal obispo de Ostia y Velletri y, a partir de 1446, de la archidiócesis de Sevilla . El cardenal se había destacado por el impulso dado a las obras de la catedral sevillana, en cuya capilla de san Hermenegildo sería sepultado en un magnífico sepulcro obra de Lorenzo Mercadante de Bretaña. El hospital se estableció en el centro de la ciudad de Sevilla, junto a la plaza de san Leandro, en un edificio de la calle Cuerno (luego, sucesivamente denominada como, San Miguel, Ángel, del Cardenal, en 1845, en memoria de su fundador y en 1900 del Cardenal Cervantes), donde actualmente se abre la calle Ignacio Carrión Mejías, tras el derribo del edificio en 1950. El hospital estaba bajo jurisdicción pontifícia, al igual que ocurría con el de las Cinco LLagas, con el que compartía incluso parte de su personal, como clérigos, médicos o sirvientes. Durante el siglo XVI , se convirtió en el hospital más importante de la ciudad, para pasar luego a ser, a comienzos del siglo XVII, un gran centro de atención quirúrgica . El cirujano mayor del hospital, Bartolomé Hidalgo de Agüero (1527-1597), fue figura destacada de la cirugía y urología española del Renacimiento durante el último tercio del siglo XVI. Natural de Sevilla, estudió en su Universidad en la que alcanzó el grado de doctor y en la que desempeñó una cátedra de Cirugía; ejerció como cirujano en el Hospital y toda su vida transcurrió en su ciudad natal. Fue el pionero en cerrar las heridas con un nuevo método, que consistía en no dilatarlas sino en cerrarlas uniendo los bordes y ponerlas a cubierto del contacto con el aire para lograr la cicatrización, con lo que logró espectaculares resultados para la época, de ahí que el hospital fuera rebautizado como Hospital de los Heridos. El hospital llegó a contar con botica propia, como en los centros hospitalarios actuales, lo que también fue revolucionario para la época. Como consecuencia de la peste de 1649 decayó y su importancia y el nivel de atención sanitaria que había mantenido hasta entonces. Fué incorporado al Hospital Central con la reunificación de hospitales de 1837.

Hospital del Amor de Dios

Aunque se conoce que fue fundado por una cofradía, se desconoce la fecha y la identidad de la misma. Su finalidad era la atención e enfermos de calenturas, opilaciones y cámaras. Tenía accesos a las calles Puerco y Pellejería (actuales calles Trajano y Amor de Dios). Con la reducción de hospitales por el cardenal Rodrigo de Castro y Osorio en 1587, se agregaron a éste hospital y al del Espíritu Santo los más de 100 que existían en la ciudad en aquella fecha. Al del Amor de Dios se le adjudicaron los inmuebles y rentas de 38 de los hospitales reducidos, que se emplearon en la construcción del nuevo edificio terminado treinta años después. El nuevo hospital se destinó a la curación de "toda clase de males agudos, crónicos, epidémicos y estacionales" y también, durante el siglo XVIII, calenturas "tercianas". Se regía por unas constituciones que no se han conservado, las cuales establecían el patronazgo de los arzobispos de Sevilla. Éstos nombraban, a través de una junta de gobierno, al administrador, de condición eclesiástica, que regía el centro, a un cura segundo, un contador, un veredero, un médico y un cirujano, Había además, nombrados por el administrador, un padre auxiliar, botiller, agente de negocio, un abogado procurador, veedor de obras, maestro de obras, sacristán, boticarios, enfermeros, cocineros y otro personal de los distintos oficios más necesarios para la marcha y mantenimiento del hospital. El edificio contaba con una capacidad bastante considerable y se considera que fue uno de los hospitales sevillanos que mejor funcionaron en la edad moderna. Contó con médicos de prestigio (los doctores Fernando de Valdés, Saavedra, Pedro Morales...) imbuidos de las corrientes innovadoras que dieron lugar en 1700 a la Regia Sociedad Sevillana de Medicina, Cirugía y Ciencias Naturales.

Hospital del Cristo de los Dolores

Su creación se debe a la religiosa franciscana sor Beatriz Jerónima de la Concepción quien, tras llegar a Sevilla en enero de 1666 y caer enferma, trató de conseguir un albergue en el que acogerse con otras mujeres desvalidas. El respaldo por parte de la superiora de la orden, sor Marta de Jesús Carrillo, llevó a la idea de fundar un auténtico hospital que estaría destinado a asistir a mujeres impedidas en cama o ciegas. Tras conseguir una casa en la calle Venera de Sevilla (hoy calle Jose Gestoso), así como tres camas y un cuadro que representaba a Cristo resucitado, san Francisco y santa Teresa (donaciones de la señora Ana Trujillo) y que Melchor de Escuda, obispo de Bizerta, les concediera una limosna de 50 reales, se creó la institución con el nombre de Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores o del Buen Pastor. Tres años después, la misma señora Trujillo compró para el hospital un edificio en el centro de Sevilla, la plaza del Pozo Santo, donde se alojaría desde entonces hasta nuestros días. Fallecida la madre Beatriz, sería Marta de Jesús quien completara la fundación formando la comunidad de religiosas, trazando sus reglas, que fueron aprobadas por el arzobispo Espínola, y concluyendo la instalación de las enfermerías e iglesia. Esta fue abierta a los fieles el 18 de enero de 1682 y bendecida el 4 de febrero de 1686 por el prelado Jaime de Palafox y Cardona. La real orden de 1848, circular de 3 de abril, estableció como establecimientos provinciales el Hospital de las Cinco Llagas y el del Pozo Santo. A pesar de esto, la incorporación a la administración provincial de ambos hospitales no se produciría hasta años más tarde (16 de febrero de 1854, por real orden de 9 de diciembre de 1853), en el que lo harían junto con el de San Lázaro. Los duques de Montpensier contribuyeron también al mejoramiento del hospital, a menudo visitado por la infanta María Luisa Fernanda y sus hijos para ayudar a las religiosas en el cuidado de las enfermas. Las religiosas de la orden Tercera de san Francisco estaban a cargo del gobierno del hospital, que sostenía a un médico, practicante, capellán y sacristán. A partir de 1886, el personal administrativo del centro se fusiona con el de la secretaría de la Diputación Provincial de Sevilla.

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